34/Saba-15: Los saba tenían un signo en su territorio: dos jardines, uno a la derecha y otro a la izquierda. «¡Comed del sustento de vuestro Señor y dadle gracias! Tenéis un buen país y un Señor indulgente».
34/Saba-16: Pero se desviaron y enviamos contra ellos la inundación de los diques. Y les cambiamos aquellos dos jardines por otros dos que producían frutos amargos, tamariscos y unos pocos azufaifos.
34/Saba-17: Así les retribuimos por su ingratitud. No castigamos sino al desagradecido.
34/Saba-18: Entre ellos y las ciudades que Nosotros hemos bendecido establecimos otras ciudades, cerca unas de otras, y determinamos el tránsito entre ellas: «¡Id de una a otra, de día o de noche, en seguridad!»
34/Saba-19: Pero dijeron: «¡Señor! ¡Alarga nuestros recorridos!» Y fueron injustos consigo mismos. Los hicimos legendarios y los dispersamos por todas partes. Ciertamente, hay en ello signos para todo aquél que tenga mucha paciencia, mucha gratitud.
34/Saba-20: Iblis confirmó la opinión que se había formado de ellos. Le siguieron todos, menos un grupo de creyentes.
34/Saba-21: No tenía poder sobre ellos. Queríamos sólo distinguir a los que creían en la otra vida de los que dudaban de ella. Tu Señor cuida de todo.
34/Saba-22: Di: «Invocad a los que, en lugar de Alá, pretendéis. No pueden el peso de un átomo en los cielos ni en la tierra, ni tienen allí participación, ni Él encuentra en ellos ayuda.