31/Luqmán-12: Dimos a Luqmán la sabiduría: «¡Sé agradecido con Alá! Quien es agradecido lo es, en realidad, en provecho propio. Quien es desagradecido... Alá Se basta a Sí mismo, es digno de alabanza».
31/Luqmán-13: Y cuando Luqmán amonestó a su hijo, diciéndole: «¡Hijito! ¡No asocies a Alá otros dioses, que la asociación es una impiedad enorme!».
31/Luqmán-14: Hemos ordenado al hombre con respecto a sus padres -su madre le llevó sufriendo pena tras pena y le destetó a los dos años-: «Sé agradecido conmigo y con tus padres. ¡Soy Yo el fin de todo!
31/Luqmán-15: Pero, si te insisten en que Me asocies aquello de que no tienes conocimiento, ¡no les obedezcas! En la vida de acá ¡pórtate amablemente con ellos! ¡Sigue el camino de quien vuelve a Mí arrepentido! Luego, volveréis a Mí y ya os informaré de lo que hacíais».
31/Luqmán-16: «¡Hijito! Aunque se trate de algo del peso de un grano de mostaza y esté escondido en una roca, en los cielos o en la tierra, Alá lo sacará a luz. Alá es sutil, está bien informado.
31/Luqmán-17: ¡Hijito! ¡Haz la azalá! ¡Ordena lo que está bien y prohíbe lo que está mal! ¡Ten paciencia ante la adversidad! ¡Eso sí que es dar muestras de resolución!
31/Luqmán-18: ¡No pongas mala cara a la gente, ni pises la tierra con insolencia! Alá no ama a nadie que sea presumido, jactancioso.
31/Luqmán-19: ¡Sé modesto en tus andares! ¡Habla en voz baja! ¡La voz más desagradable es, ciertamente, la del asno!»