28/Al Qasas-14: Cuando alcanzó la madurez y completó su crecimiento, le dimos juicio y ciencia: así retribuimos a quienes hacen el bien.
28/Al Qasas-15: Sin que se enteraran sus habitantes, entró en la ciudad y encontró a dos hombres que peleaban, uno de su propio clan y otro del clan adverso. El de su clan le pidió auxilio contra el del otro. Moisés dio a éste un puñetazo y le mató. Dijo: «Esto es obra del Demonio, que es un enemigo, extra viador declarado».
28/Al Qasas-16: Dijo: «¡Señor! He sido injusto conmigo mismo. ¡Perdóname!» Y le perdonó. Él es el Indulgente, el Misericordioso.
28/Al Qasas-17: Dijo: «¡Señor! Por las gracias que me has dispensado, no respaldaré a los pecadores».
28/Al Qasas-18: A la mañana siguiente se encontraba en la ciudad, temeroso, cauto, y he aquí que el que la víspera había solicitado su auxilio le llamó a gritos. Moisés le dijo: «¡Estás evidentemente descarriado!»
28/Al Qasas-19: Habiendo querido, no obstante, poner las manos en el enemigo de ambos, éste le dijo: «¡Moisés! ¿Es que quieres matarme a mí como mataste ayer a aquél? Tú no quieres sino tiranizar el país, no reformarlo».
28/Al Qasas-20: Entonces, de los arrabales, vino corriendo un hombre. Dijo: «¡Moisés!» los dignatarios están deliberando sobre ti para matarte. ¡Sal! Te aconsejo bien».
28/Al Qasas-21: Y salió de ella, temeroso, cauto. «¡Señor!», dijo: «¿Sálvame del pueblo impío!»